Friday, September 2, 2011

El subjetivo paso del tiempo

Hace unos días, fui al cine con mi novio a ver una película que se llama Crazy Stupid Love (por cierto, se las recomiendo, es excelente). Antes de entrar a la función, me encontré con un compañero de la universidad. Apenas tenemos un mes de graduados y con él fue una de esas pocas personas con las que conservé amistad desde el primer día de la carrera. A pesar de ello, me parecía estar viendo un lejano recuerdo. Mantuvimos la conversación en la superficie, sin entrar en aguas profundas. Luego entramos a la sala (íbamos a ver la misma película) que estaba prácticamente vacía. Él y su amiga se sentaron una fila detrás de nosotros y al poco tiempo comenzó la película. Desde el primer instante, la trama me atrapó, pero este post no es para hablar de eso. Pasaron las dos horas, se terminó y comenzamos a salir. Lo veo en mi vía de salida, le hago un gesto que solíamos hacernos mucho en la universidad y desaparecí entre la gente. Ya luego no me lo encontré más.

El encuentro me quedó dando vueltas en la cabeza. Me dio gusto verlo, saber que estaba bien, pero... No fue como si sintiese ganas de retomar nuestra amistad, porque en mi cabeza ha pasado mucho más de un mes desde que nos separamos, cosas que él no sabe, que comenzaron a pasar hace rato y que jamás le dije. Con tiempo hacemos todo: construimos o destruimos; y es lo único que no podemos comprar ni sobornar a nadie para que nos los dé, alargue o devuelva.

El tiempo... Es algo que creemos tenerlo medido a la perfección con nuestros sofisticados relojes y cronómetros (sobre todo yo, maniática de la puntualidad y de los relojes de pulsera), pero que en realidad es algo que va más allá de nuestro entendimiento. Nuestro tiempo está en nuestra cabeza.

1 comment:

  1. Me encanto la reflexión, nunca había podido explicarlo de una forma tan simple, concuerdo absolutamente, el tiempo va mucho más allá de lo que podemos entender.

    ReplyDelete