No, por mucho que me gustase, esa frase no es mía. La leí hace unos años, en el afiche que promocionaba una feria del libro, y desde el primer momento me encantó. Sentí que al fin había encontrado algo que buscaba sin saber: ¿Por qué amo tanto leer? Siempre me he preguntado qué hace la gente que no le gusta leer, digo, están en la cola de un banco, por ejemplo, y... ¿Qué hacen para matar el aburrimiento? ¿Mirar el teléfono compulsivamente? ¿Y cuándo no existían los celulares/móviles?
Para mí leer siempre ha sido más que una obligación, un placer. No hay nada comparable a tener todas esas hojas que te cuentan una historia ocurrida en un lugar muy lejano, en la mente de alguien. Nada se me antoja más placentero que saber cómo la familia Buendía se extinguió, cómo Lord Voldemort fue derrotado, la historia de la Maga y Oliveira, el viaje interplanetario de un pequeño príncipe, un viejo Cementerio de Libros olvidados, descubrir el mundo de Julius o temerle a la locura de Misery. ¿Acaso hay algo comparable con la imaginación?
Y luego de ese viaje maravilloso, regresas a la realidad... Al principio, te parece que es como un golpe bajo.
Caes en cuenta que Macondo no existe, ni Hogwarts, ni los príncipes de otros planetas... De repente te encuentras con lo que realmente ocurre, pero luego te das cuenta que eso no es más que una extensión de la imaginación. Comienzas a ver todo desde otro ángulo, hablar distinto a los demás... Descubres el universo por medio de la lectura. Sonríes y sigues leyendo para comprender al mundo.
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